lunes, 30 de octubre de 2006

13ª Etapa: Sarría - Ribadiso da Baixo

Viernes, 27 de octubre de 2006

Ya al salir de Sarría, nos encontramos con el primer repecho ya de mañana para calentar el cuerpecillo. Resulto a esas horas un poco duro. Pasamos posteriormente por corredoiras que unen los pueblos y que son utilizados por el ganado. A veces era necesario echar pie al suelo para seguir el camino debido a grandes piedras que no estaban niveladas y que dificultaban el camino a las bicicletas. La subida aunque no fuera percibida desde Sarría, por cada pueblo que pasabamos, era palpable, debido a que aparecían algunos cortos repechos. Así pasamos por las aldeas de Barbadelo, Morgade y el último fue el de Ferreiros que resulto el de más altitud (663 m). Ahora lo que faltaba era la bajada pronunciada hasta Portomarín que está a 325 m. de altitud. Esta bajada se hace rápidamente, con cuidado y cuatro ojos ya que se encuentran llenas de piedras, descubiertas por la corriente fuerte de los regatos de la lluvía, que cayó en días precedentes. Antes de llegar a Portomarín se cruza el puente, donde vemos el embalse de Belesar, así como las escaleras que llevan a la Iglesia. Cuando el nivel de las aguas es más bajo, se puede ver los restos de las casas de la antigua ciudad que ahora están cubiertas. Compramos comida en el pueblo. Después de sellar la credencial dejamos Portomarín, e iniciamos un repecho largo sobre tierra. Posteriormente el recorrido se torna subes y bajas -el llamado rompepiernas-. Cruzamos las aldeas de Gonzar, Ventas de Narón y Ligonde con el Alto que da a su nombre, El trayecto se realiza por caminos de tierra, pero tiene el inconveniente que con frecuencia se cruza la carretera. Se cruzan aldeas por correidoras -y eso sí, Elñicao interesado por los nombres de los lugares- con el firme de tierra y jalonados a ambos lados del camino por castaños. Llegamos a Melide -después de cruzar el puente de Furelos- a las 19 y 20. Rápidamente nos dirigimos a el albergue de Ribadiso da Baixo -por recomendación de Expresso- ya que la noche se nos echaba encima. En un paso de piedras sobre el río Iso, el Expresso pierde el equilibrio y cae al río, empapándose los dos pies. Una vez secado los pies, reanudamos el camino, pero poco a poco se ve menos. Sacamos las linternas para alumbrar el camino. LLegamos a las nueve de la noche al albergue de Ribadiso da Baixo. Las intalaciones son excelentes.

Quedan 42 Km. para llegar a Santiago de Compostela.

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